jueves, 7 de abril de 2011

Cleanshot: A que no te la veias venir

Buenas noches no habituales concurrentes. Admito que la terrible noticia de lo sucedido en Río terminó por bajarme las esperanzas de que en Sudamérica al menos no tenemos tantos reventados sociales como en los países de primer mundo: cabe recalcar que en los anteriores países donde sucedieron masacres similares son  lugares como Finlandia y Japón. Me gusta decir que en los Estados Unidos, son otra clase de reventados sociales, pero esto sucedido en Brasil y en Argentina en el 2004 con el caso de "pan triste", demuestra que ningún país tercermundista está a salvo de gente mal del coco

Nuestros columnistas analizan más profundamente este acontecimiento.

Pastor Facundo Generoso: Lo que estamos viviendo en Sudamérica actualmente es un reflejo de la siniestra izquierda y su manto territorial, la juventud zurda en su búsqueda de un cambio político,  no logra resolver sus propios paradigmas y terminan cometiendo actos de locura como el sucedido en Río, amén que se trato en una zona periférica donde la mayoría de la población es morena y todavía practican la macumba.

Mauro Fornieri, ex futbolista: Cuando era un joven aspirante a media punta del Espoleta Fútbol Club, nunca me interesaron las armas para causar alguna noticia sensacionalista: las minas y algún gato con sorpresa eran las mejores opciones para calentar los fines de semana. Lástima que las generaciones de ahora se dedican más a la play que a los sentimientos de barrio, si no, no ocurrirían estas desgracias. Salud!

Cornilius Petersensen, alumno de intercambio: Esto que ha pasado en el Río es algo muy normal en Europa. La gente se tirotea con de todo y nadie puede hacer nada. Uno va a un restaurante y el contacto humano tiene que ser mínimo, el mal aliento y el hedor corporal están bien vistos pero los abrazos y apuntar con el dedo son señales de mala educación. Esto es la importación de los males de de mi continente. Los habitantes de esta hermosa tierra deberían disfrutar de sus paradisíacos destinos y la libertad ofrecida por una sociedad tercermundista. Mañana voy a ver a mis compañeros del instituto con otra cara. Espero que el culpable no tenga nada que ver con Marylin Manson.



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